Hoy me paso por aquí para contaros mi última experiencia gastronómica en un restaurante al que fui con bastante temor y que superó con creces ese temor y terminó siendo la peor experiencia de este año. Hablamos del restaurante Delirio.
Dónde está el restaurante Delirio de Zaragoza
Calle de Baltasar Gracián, 2, LOC,
50005 Zaragoza
641 74 20 53
La ubicación no es la mejor que digamos, aunque no es muy céntrica, tampoco podemos decir que sea mala, aunque es una ubicación muy universitaria y creo que este restaurante no tiene a universitarios como target.
Se encuentra justo al lado de la estación de Goya, se puede llegar muy bien con transporte público ya que el tranvía os deja a tan solo 3 minutos caminando y al lado tenéis paradas de bus del 31 o el 24 por ejemplo.
Si venís en coche, hay zona azul en la misma calle o podéis ir al parking de Plaza san Francisco.
Instalaciones de el restaurante Delirio de Zaragoza
Sorprende que probablemente sea el restaurante del grupo Laminero con peor decoración e instalaciones.
La decoración es bastante clásica, como si entraras a un museo de arte, una decoración poco acorde al perfil de cliente de la zona, pero que para boomers como yo, está bastante bien.
El restaurante tiene 2 plantas y la verdad es que es un problema bastante grande puesto que no están bien atendidas las 2 plantas.
Hay bastantes mesas en ambas plantas y hay intimidad entre las mesas aunque si buscas un restaurante para grupos grandes quizás no sea la mejor opción.
Al tener 2 plantas, el restaurante no es muy cómodo por lo que si hay problemas de movilidad, especificad que queréis planta baja.
De cualquier modo, no es un restaurante muy accesible porque para ir al baño hay que bajar una o dos plantas sí o sí.
Las instalaciones tienen bastantes desperfectos como focos rotos etc.
Carta de el restaurante Delirio de Zaragoza
La verdad es que fue fallo mío no mirarla antes de reservar, pero al haber ido a más restaurantes de este grupo supuse que sería variada pero no es a sí. Para mi gusto un poco corta en cuanto a carnes y pescados. De picoteo básico hay más cosas, pero de plato más principal, si no quieres arroces, se queda muy corta.
En cuanto a cantidades, fuimos 3 y pedimos 4 platos y un postre, no comes mucho pero te quedas bien, si eres comedor, mejor coger algo más.
Cogimos las croquetas, que sin más, correctas, el canelón que estaba bastante bueno aunque nos vino 1 y medio (supongo que lo harían así porque éramos 3), el tartar de trucha que me gustó mucho aunque era una trucha un poco transgénica puesto que tenía la pinta de ser salmón y el lingote de porchetta que estaba muy graso.
De postre pedimos la tarta de queso y a mi ver, muy seca.
En resumen, mi recomendación sería el canelón y el tartar.
Intentad pedir el pan nada más pedir la comida porque como no lo hagáis pueden tardar media hora en traerlo, y traerlo blando. Después de 20 minutos que no venía ningún camarero por el salón, me levanté a buscar a uno para que nos trajeran el pan. La verdad es que cuando lo trajeron supe el porqué. El pan era como de hace 157 años, blando como si lo hubieran cogido de la bolsa de basura.
Precio de el restaurante Delirio de Zaragoza
Podría decir que es lo mejor del restaurante, salimos a 30€ con una botella de vino, 4 platos, pan y postre. Un precio más que razonable aunque tampoco barato.
Por poco más tienes restaurantes mucho mejores en dónde la atención y el servicio es mucho mejor.
Creo que es un grupo que ajusta costes para poder ofrecer unos precios más bajos y la verdad es que como sigan así caerán,al final tal y como le pasó al restaurante predecesor de este local y perteneciente al mismo grupo, el llamado The Moonkeys.
Servicio de el restaurante Delirio de Zaragoza
Y termino con el peor de los puntos de este restaurante y que se suma al del resto de restaurantes del grupo, la atención.
El servicio es lento en todos los aspectos, y si el grupo en sí se caracteriza por dar un servicio lento, en este restaurante es hasta peor. Al tener 2 plantas, no es fácil encontrar a un camarero que te vea y es muy complicado desde que quieres algo, hasta que lo consigues. Dan ganas hasta de echar un grito por el balcón para que te escuchen.
Además el personal es bastante poco profesional. Nos atendió un chico que le pedimos recomendaciones tanto de comida, como de cantidad como de vino y nos dio la sensación que era su primer día, porque no nos ayudó en absoluto.
Su respuesta fue, depende de gustos. Sin más complemento.
Ah y un detalle, la mesa la reservamos para 4 pero al llegar estaba preparada para 3 personas y solo había un vaso. Menos mal que al pedir vino nos sacaron copa a todos.
En definitiva, otro chasco que me llevo, y ya van 3, confiaba en tener una experiencia del tipo Sr Cachopo pero no lo ha sido, ha sido un fraude.
