Opiniones Restaurante Casa Menades de Zaragoza

Nuestra puntuación

Haciendo limpieza de fotos en el móvil me he topado con unas con una pintorra que eran de octubre que me ha costado caer de dónde habían salido y resultaron ser del restaurante Casa Menades, el antiguo restaurante Útopico que tan poco tiempo estuvo abierto. 

Dónde está el Restaurante Casa Menades de Zaragoza

Av. de Gómez Laguna, 1-3, 5

50009 Zaragoza

670 29 55 88

 

El restaurante se encuentra justo delante de la escuela de Idiomas de Zaragoza, al lado de la facultad de Ciencias Sociales y enfrente de la de Ciencias de la Salud, a 5 minutos a pie de los restaurantes en Aragonia por lo que está en un sitio con muchas oportunidades de poder tener llenazo. 

La parte mala es que no está muy bien comunicado con todos los barrios, el tranvía te deja a 15 min caminando y los buses cercanos son el 42, el circular, el 38, el 22 y el 35. 

Si vienes en coche se aparca bastante bien por la zona, en los alrededores de Aragonia o incluso en el propio parking de Aragonia o en el del Clínico podréis aparcar puesto que este es un restaurante cerca del Hospital Clínico de Zaragoza. 

Instalaciones del Restaurante Casa Menades de Zaragoza

La  verdad es que la reforma que hizo el grupo Atípico cuando abrió el Utópico fue un acierto, un lavado de cara y un mobiliario muy chulo, quizás de lo mejor del restaurante. Además la terraza cubierta fuera es bastante útil también para comer y cenar. 

Un restaurante genial para las fotos pero poco funcional para cenar.

Está especializado en brasas y si vas a cenar lo podrás comprobar, saldrás con un olor a humo que parecerá que te han ahumado a la parrilla. 

El restaurante no estaba lleno, de hecho había bastantes mesas libres y hubo un momento de la cena que le dije a mi hermano y cuñado, no sé si soy yo que se me nubla la vista o hay humo. 

En realidad era humo, demasiado humo que incomodaba bastante la velada. Seguramente este sea el factor que ha determinado mi nota, cenamos bastante incómodos porque era desagradable el olor. 

Carta del Restaurante Casa Menades de Zaragoza

Otro punto bastante negativo del restaurante, la inexistente carta. 

Nos dijeron que acababan de abrir y que no les había dado tiempo de hacer la carta, cosa que nos creímos porque fuimos pensando que íbamos a cenar en el Utópico y en Pilares, nos supusimos que habían hecho apertura express para llegar a las fiestas. Pero descubrimos que llevaban desde julio abiertos, esto  me incomodó. De  hecho pondría la mano en el fuego a que no tienen carta todavía. 

El camarero nos cantó lo que tenía para comer; ensaladas, carnes a la brasa y pescados a la brasa y elegimos. Elegimos sin saber si nos íbamos a tener que quedar a fregar los platos porque nunca supimos el precio de cada plato. Me recordó a los restaurantes de pueblos pequeños, que te ponen lo que tienen jeje. 

Elegimos una ensalada, un entrante, una sepia a la plancha y un entrecot más 2 postres. Para 3 personas demasiada cantidad, sobraban los postres que la verdad nos los vendieron como buenísimos y eran precocinados. 

La parte positiva, muy positiva, la calidad de los platos, bastante buena y a la brasa siempre gustan.

Precio del Restaurante Casa Menades de Zaragoza

Continúo con lo que fue una incógnita hasta el final de la noche, el precio. La verdad es que al ser brasa teníamos una duda enorme de lo que íbamos a pagar. Por un lado pensamos que si no te dicen el precio no puede ser impagable porque la clientela se cabrearía pero por el otro, al ser brasa, muchos restaurantes se flipan. 

Pues bien, seguramente fue lo mejor de la noche, la relación calidad precio de la comida. Salimos a unos 25€ por cabeza con 2 bebidas y 2 postres. La verdad es que nos pareció barato. 

Eso sí, es para pensarselo 2 veces el cenar en un sitio lleno de humo.

 

Servicio del Restaurante Casa Menades de Zaragoza

Y por último terminamos con el servicio que es correcto. Había 2 personas para servir todas las mesas, quiero pensar que si el restaurante está lleno pondrán a más personas, porque estaban la mitad de las mesas libres y ya el servicio era un pelín lento. 

De cualquier modo, eran bastante simpáticos, en particular la chica, que aunque desbordada sonreía mucho. Él, que es el dueño, iba un poco estresado, agobiaba el verlo andar tan rápido, quería estar en todos los sitios y no estaba en ninguno, quizás si se relajara un poquito le cundiría más. 

De cualquier modo, es un lugar correcto, no un restaurante al que ir a cenar de propio, pero si os pilla por la zona y tal, es correcto, y en primavera en la terraza seguramente gane puntos, porque espero que la terraza no sea con humo.

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