Opiniones Taberna Mestral de Zaragoza – De Tapas por Zaragoza

Nuestra puntuación

Toca reseña de un sitio en el que estuve hace algunos meses pero que por H o por B no había tenido tiempo de escribir. Se trata de un nuevo bar/restaurante/taberna en el centro de Zaragoza que encontré por casualidad un día al salir de los Victorinos. Hablo de la taberna Mestral, ubicada en el local del mítico bar Los Zarcillos

Dónde está la Taberna Mestral de Zaragoza

La ubicación no es muy de paso pero es muy céntrica. Se encuentra en una bocacalle muy estrecha de calle don Jaime, justo en la misma calle que Los Victorinos, en una calle que termina en la plaza Santa Marta.

  1. de José de la Hera, 2

50001 Zaragoza

Tel. 876 53 56 04

La ubicación es muy de tapeo, zona plaza santa Marta y alrededores aunque el rollo de este sitio es más tipo restaurante, sí que es cierto que hay barra y puedes comer algo en barra, pero el rollo es más de plato y mesa.

Llegar quizás es un poco lioso, yo siempre me lío entre esas calles, pero al estar en el centro es un sitio en el que poder quedar con cualquiera.

Si venís en coche, dejad el coche en el parking de la Plaza del Pilar, no os molestéis en dar vueltas que es un poco misión imposible.

En bus os deja cualquier línea que conecta con el centro.

Instalaciones de la Taberna Mestral de Zaragoza

alcachofa taberna mestral

Es un restaurante bastante pequeño pero bien aprovechado, tiene mesas altas y bajas y mucha cristalera (quizás es lo que menos me gusta). Si vais un grupo grande, quizás no sea el mejor sitio para ir, a pesar de que puedan juntar mesas, me da la sensación de que se estará un poco prieto.

La decoración no está mal, sigue el rollo que están tomando ahora casi todos los restaurantes de decoración moderna con vajilla un más vintage. Está bastante bien.

El restaurante es pequeño por lo que os recomiendo reservar con antelación, aunque yo he ido un par de veces y siempre lo he hecho sin reserva, pero éramos solo 2 personas y siempre quedaba en plan la última mesa.

Menús de la Taberna Mestral de Zaragoza

Siguiendo las nuevas tendencias de restaurantes con carta corta, este restaurante cercano a la plaza Santa Marta de Zaragoza tiene una carta bastante corta pero suficiente. Son Tapas individuales, raciones o platos para compartir y postres.

La verdad es que es difícil de elegir porque todo tiene buena pinta, en cuanto a cantidades, quizás un poquito justas, más de 3 personas por plato está un poco difícil poder compartir.

Nosotros pedimos 2 tapas y 2 platos, quizás con 2 tapas y 1 plato hubiera sido suficiente.

Una pega, el pan. Esta contra es cada vez más común en los restaurantes, me refiero a poner pan a goteo. Yo soy una persona que no puedo comer sin pan, no quiero tener que estar pidiendo pan cada vez que pasa el camarero, cobradlo si queréis, que no me importa, pero no pongáis 2 trocitos de pan cada vez que se pide, poned un poco más.

De todo lo que pedimos me quedo con las alcachofas, no tienen mucho secreto pero están muy buenas. Quizás os recomendaría no pedir los planchados de sobrasada, es un sándwich de sobrasada y ya, os lo podéis hacer en casa en cualquier momento.

 

Precio de la Taberna Mestral de Zaragoza

Seguimos con otro punto que no ayuda al restaurante en sí, el precio. La verdad es que me pareció un poco caro. Los precios son bastante similares a restaurantes de tipo medio de la ciudad, pero el sitio no deja de ser una taberna.

Pagamos unos 25€ por persona que no está mal, pero hay sitios en Zaragoza mejores por ese precio. Y no me refiero a la calidad de la comida sino al entorno.

La mesa en la que estábamos estaba en la entrada, la puerta es automática y llovía, cada vez que pasaba alguien cerca se abría la puerta y entraba frío, las mesas están un poco hacinada… en definitiva, es un establecimiento más similar a un tapeo rápido que a comer.

 

Servicio de la Taberna Mestral de Zaragoza

En este punto tengo un poco de sentimientos encontrados puesto que los camareros fueron bastante simpáticos pero no me quedé con sensación de qué buen servicio.

Fueron un poco lentos, había que estar muy encima de ellos para que te atendieran, supongo que porque llegamos pronto, nos sirvieron enseguida, se empezó a llenar el restaurante y priorizaron a esos que llegaron después.

Otra cosa que no me gustó es que había mucho “amiguismo” y es una cosa que detesto en los restaurantes, vale que la mesa de al lado sea conocido del cocinero, o la de 2 más allá amigo tuyo, pero si te llamo yo antes, vienes a mi mesa y me atiendes.

Llamadme raro, pero no me gustan esas cosas.

 

De cualquier modo, creo que es un sitio que tenéis que probar, igual basta con ir un día a echar unas tapillas en una de las mesas altas.

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